Entrevista para Equanimal

Hace ya tiempo respondí a una entrevista para Equanimal que os enlazo aquí. A día de hoy creo que hay cosas que ya no diría del mismo modo. Una de ellas es el uso de la noción de estrategia. En las respuestas a esta entrevista hablo de modelos de acción como el cuestionamiento del especismo, el regulacionismo, la búsqueda de prohibiciones de ciertos usos de animales etc. refiriéndome a estos como estrategias. Sin embargo, hay que matizar esto en un par de sentidos.

En primer lugar, lo que estas vías de acción son es formas posibles de proceder, pero no estrategias como tales. La estrategia sería el plan de acción para combatir las consecuencias del especismo. Básicamente hay tres formas en las que se puede planear llevar esto a cabo. Una, centrándose en conseguir que el estado impida que tales consecuencias tengan lugar. Otra, transformando las actitudes.Y una tercera, buscando influir en la producción (esta última es deficiente por principio, pues dejaría de lado las agresiones que padecen los animales que no son utilizados para la producción de bienes o servicios). El cuestionamiento del especismo, la búsqueda de la abolición de determinadas prácticas, el regulacionismo, etc. serían distintos modelos de acción para desarrollar tales planes de acción, pero no tales planes de acción en sí mismos.

En segundo lugar, una estrategia no se reducirá realmente al seguimiento de uno u otro de estos modelos, sino que tendrá también que incluir otros aspectos. ¿Vamos a trabajar en una organización o en algún otro tipo de proyecto? ¿Cómo nos vamos a organizar, en qué territorio vamos a actuar? Todos estos elementos, y muchos otros, entran igualmente en el trazado de nuestra estrategia.

(Por supuesto, querría repetir, todo esto depende también de los fines elegidos. Hay muchos activistas que buscan el fin del uso como recursos de los animales no humanos. Mi objetivo es distinto: a lo que me opongo es a todas las consecuencias del especismo).

4 comentarios sobre “Entrevista para Equanimal

  1. Hola Óscar, quisiera comentar lo siguiente: ¿por qué consideras que es más efectivo comunicativamente y dentro del marco de la estrategia que defiendes verbalizar públicamente que el antiespecismo requiere de la intervención en las relaciones de los animales no explotados por el humano?, ¿por qué consideras esto mejor a ir realizando un trabajo de concienciación de menos a más y de forma proactiva que encamine a la sociedad hacia discursos más contraintuitivos como éste?

    Un saludo.

  2. Hola Koke.

    Realmente la pregunta no alude a los contenidos de la entrevista, no obstante, mi respuesta sería la siguiente. No considero que sea mejor para aumentar las simpatías hacia el antiespecismo difundir los planteamientos a los que apuntas. De hecho, considero que es peor. Sucede lo mismo en el caso del consumo de animales. Para que crezcan las simpatías hacia el cuestionamiento del especismo es negativo que la gente se dé cuenta de que la asunción de este implica el abandono del consumo de animales. Esto es claro, dado que la mayoría de la gente disfruta comiendo animales y cree que es perfectamente legítimo hacerlo. Sin embargo, consideramos muy importante difundir el abandono del consumo de productos animales. El motivo es que este es necesario para que se dé realmente un abandono de las actitudes especistas. En el caso de las actitudes hacia los animales que viven en sus medios naturales sucede lo mismo.

    Sabemos que la cantidad de sufrimiento y muerte que resulta del consumo de productos animales es enormemente mayor que la que resulta de otros usos de los animales, como, por ejemplo, los circos, los zoos, o la tauromaquia. Esto lleva a muchos activistas a considerar que realmente, aunque estos temas son importantes, donde verdaderamente se juega la batalla real por los animales en el caso del consumo de productos animales. Pues bien, el hecho es que la cantidad de sufrimiento y muerte que resulta del consumo de productos animales es enormemente inferior a la que padecen los animales debido al hecho de que los seres humanos no se plantean la necesidad de intervenir para combatir los daños que aquellos padecen en sus medios naturales. De hecho, la proporción en la que esto último es más relevante es, numéricamente, mucho más notable que la proporción en la que el consumo de carne es relevante en comparación con otros usos de los animales. Por este motivo, los argumentos y evidencias disponibles nos llevan a tener que asumir, por mucho que nos disguste y por contraintuitivo que inicialmente nos parezca, que donde realmente se juega la batalla central por los animales es en el caso de los daños que sufren en sus medios naturales.

    Pues bien, hay un peligro enorme de que se asuma por parte de quienes quieren oponerse al especismo que el rechazo de este no implica una preocupación por los animales que viven en sus medios naturales. De hecho, esto es lo que sucede en la mayoría de los casos. Es una cuestión absolutamente vital contrarrestar esto. De lo contrario, el desarrollo del discurso pro-derechos animales podría ser incluso negativo, de ir vinculado a posiciones ambientalistas que, realmente, serían especistas. Puede que sea inexorable la evolución que lleve a que en algún momento desde el antiespecismo se pase a cuestionar este problema. Pero, en principio, no tenemos ninguna garantía de que ello vaya a ocurrir necesariamente. Es absolutamente vital, sin embargo, conseguir que así sea, por los motivos presentados en el párrafo anterior. De ahí que sea necesario introducir esta idea en el seno del antiespecismo. Si se consigue difundir el “antiespecismo” a gran escala pero no se pone en el tapete esta cuestión no se habrá hecho más que tocar los flecos del problema, no se habrán paliado más que las consecuencias más marginales del especismo, o, como he dicho arriba, puede que incluso se llegue a una situación contraproducente.

    Podría decirse que por eso hay que hacerlo pagando los precios necesarios en concepto de retraso en la aceptación del discurso antiespecista. Si bien lo cierto es que sería como decir que es preciso que pagar el precio en concepto de retraso en la aceptación de este para cuestionar el consumo de animales. En realidad, personalmente yo más bien diría que es que, si no se plantea esta cuestión, se corre el serio riesgo de que se crea combatir el especismo sin hacerlo realmente en lo que toca a su expresión más relevante.

    Esto es algo muy, muy serio. Preferiría mil veces que se considerase que todas las demás ideas que presento en este blog son erróneas pero que esta es acertada a que se pensase lo inverso. Todas las cuestiones habladas en otros lugares sobre, por ejemplo, estrategias, son comparativamente poco relevantes frente a este asunto.

    Saludos.

  3. Hola Óscar y gracias por contestar.

    Tras leer tu contestación con interés he de decirte que discrepo profundamente con tu enfoque. Sólo quiero constatarlo. Prefiero que lo hablemos personalmente cuando tengamos ocasión.

    Un abrazo.

  4. Sólo un apunte más, aunque posiblemente esto no cambie la opinión que puedas tener en general del trato de esta cuestión. A lo que me refieroe s a comenzar a hablar de este tema en los debates dados dentro del ámbito del antiespecismo, no a abrir, en el debate externo a este, una discusión sobre estos problemas (aunque sí se podrían, según el caso, plantear líneas de acción como combatir las agresiones a los animales por motivos ambientalistas −como cuando se pretende regular un ecosistema a base de matanzas−). Imagino que se entiende a qué me refiero sin que lo explique con mayor detenimiento. Consideré obvio que así se entendería, pero por si hay malentendidos quería aclararlo.

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