Acerca de la idea (errónea) de que los animales no humanos son especistas

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Hay quienes dicen que los animales no humanos actúan de forma especista, favoreciendo a los individuos de su propia especie sobre el resto. Esto se afirma en ocasiones como si de alguna manera fuese algo que excusase los comportamientos especistas de los seres humanos contra los demás animales.

Habrá gente a quienes esta afirmación les parecerá bastante extraña y les puede sorprender que se le preste atención. Pero la realidad es que hay personas que se plantean este tema, de forma que no está fuera de lugar decir algo acerca de él.

Sobre esto hay que decir, en primer lugar, que incluso aunque todos los animales no humanos fuesen especistas, ello no justificaría que lo fuésemos los seres humanos. Muchos animales no humanos actúan de forma que nunca consideraríamos aceptable, agrediéndose entre sí de forma violenta, matando a otros animales de su propia familia, cometiendo violaciones, etc.

Pero, por otra parte, hay motivos para dudar de que los animales no humanos sean especistas. Hay básicamente dos maneras en las que podemos dudar de esto.

La forma más común en la que se niega que los animales no humanos sean especistas pasa por indicar que no son agentes morales. O sea, que no pueden reflexionar sobre sus actos y responsabilizarse de ellos.

Esta es una respuesta un poco inexacta. Muchos animales no humanos tienen una motivación para actuar de formas altruistas o egoístas sin reflexionar sobre ello. Sin embargo, hay algunos animales no humanos que sí pueden reflexionar empleando conceptos valorativos o morales. Como mínimo, muchos grandes simios tienen esta capacidad.[1]

Por otra parte, aunque dejemos esto de lado, esta respuesta no es totalmente adecuada. Podría ser que los animales no humanos no pudiesen reflexionar sobre su conducta, y que, sin embargo, su motivación para actuar fuese la misma que tiene un ser humano especista. Lo que distinguiría a ambos individuos sería que el segundo tendría la capacidad de llevar a cabo una reflexión sobre su motivación para favorecer a los seres humanos por encima de los demás animales. Pero ambos actuarían de manera parecida. Si esto fuese así probablemente no podríamos decir que el animal no humano sería especista. Con todo, su conducta sería como la de alguien especista. Esto es posible aunque no sea un agente moral. (Por poner un ejemplo, imaginemos que diseñamos un protocolo conforme a criterios racistas. El protocolo no sería un agente racista, pero el protocolo sí que establecerá un modo de distinguir entre individuos que será racista).

Ahora bien, hay otra segunda respuesta a esta cuestión. Esta se maneja de forma menos común. Sin embargo, es mucho más sólida y también mucho más sencillamente. Podemos apuntar que el hecho es que los animales no humanos no actúan, por lo normal, conforme a lo que sería una posición especista. Es así de simple. La idea de que actúan buscando favorecer a los animales de su propia especie por encima de los demás es incorrecta. O por lo menos lo es en la gran mayoría de los casos.

La realidad es que un inmenso número de animales actúan movidos únicamente por el interés propio. Esto sucede en el caso de un gran número de invertebrados, por ejemplo. Otros se preocupan únicamente por ellos mismos y por su prole, o favorecen a su familia. Muchísimos animales actúan así, tanto entre invertebrados como entre vertebrados. Finalmente, otros animales, por ejemplo los eusociales como las hormigas y abejas, u otros animales sociales, como gacelas o simios, favorecen a su comunidad o grupo, no a su especie. No actúan buscando aquello que es mejor para el conjunto de los animales de su especie, o discriminando sistemáticamente a favor de estos contra otros animales.[2] Actúan favoreciendo a los de su colectivo, y en muchas ocasiones incluso combatiendo con enemistad a los demás animales de su propia especie que no pertenecen a este.

Más aun, a veces el grupo al que favorecen los animales sociales no está compuesto solo por individuos de su propia especie. Hay, por ejemplo, grupos de herbívoros de distintas especies que se ayudan mutuamente para evitar ser dañadas por los depredadores.[3]

Por supuesto, podría ser que muchos animales se favoreciesen a sí mismos, a su familia o a su grupo o comunidad por encima de otros animales de su especie, pero que aun así también favoreciesen a estos otros animales de su especie por encima de los demás animales. Pero, al menos en la mayor parte de los animales, esto no es lo que sucede. Lo que ocurre es que no tienen en ninguna en ninguna consideración a los demás animales, sean de su especie o no. Esto no supone que no pueda haber excepciones, pero sí que estas, cuando se dan, son precisamente eso, excepciones a lo que sucede de forma más común.

No parece, por tanto, que haya forma de decir que los animales no humanos sean especistas. Esto es así independientemente de que sean o no sujetos morales. Y también independientemente de que, aun si lo fuesen, ello no daría ninguna clase de justificación al especismo.[4]

Notas

[1] Considérese lo que indica White Miles acerca del lenguaje sígnico utilizado por un orangután, Chantek:

La capacidad lingüística de Chantek sugiere asimismo que había interiorizado un sistema de valores mínimo semejante al de un niño. Chantek disponía de varios signos para indicar el énfasis y la emoción, signos tales como BUENO y MALO, que utilizaba en contextos adecuados. El signo de MALO  tiene especial interés, porque no solo entendía su significado cuando se portaba mal, sino que se lo aplicaba a otros y calificaba su comportamiento de MALO, por ejemplo cuando dirigía reproches a las personas, los perros o los pájaros. También tachaba de malo/s sus propios actos cuando eran objeto de nuestra desaprobación, y en alguna ocasión llegaba a aplicarse el signo de MALO a si mismo. Esta autodesaprobación tiene especial interés, ya que indica que tenía el propósito de reflexionar sobre sí mismo, de mantener un diálogo interno en torno a unos sencillos valores.

White Miles, H. L. (1998) «El lenguaje y el orangután: la vieja ‘persona’ de la selva», en Cavalieri, Paola & Singer, P. (eds.), El Proyecto “Gran Simio”: la igualdad más allá de la humanidad, Madrid: Trotta, [título original: The ‘Great Ape’ Project: Equality Beyond Humanity, London: Forth Estate Limited, 1993], 60-78, p. 75.

[2] Alguien podría decir aquí que los animales no humanos son especistas al menos en un factor: buscan reproducirse solo con miembros de su especie. Quizás se podría pensar que esta actitud sería como la de alguien racista que solo quiera reproducirse con alguien con su mismo color de piel. Este argumento me parece muy forzado y quizás no habría que prestarle atención, pero lo incluyo aquí porque, debo decir, me lo han planteado de hecho en varias ocasiones. Puede negarse que esto sea especista debido a que normalmente no es posible reproducirse con animales de otras especies, a diferencia de lo que existe cuando alguien tiene un color de piel distinto del nuestro. Por otra parte, en los casos en los que ello sí es posible los animales sí pueden reproducirse de hecho con otros de especies distintas (las mulas son un ejemplo que muestra que esto puede suceder).

[3] Sobre esto puede verse por ejemplo Stensland, E. V. A.; Angerbjörn, A., & Berggren, P. E. R. (2003) «Mixed species groups in mammals», Mammal Review, 33, 205-223.

[4] De hecho, tampoco está claro que en el caso de los seres humanos el especismo haya estado siempre presente. La idea de que todos los seres humanos deben ser respetados por igual, es bastante reciente, la esclavitud y los ejemplos más horrendos de desconsideración por otros seres humanos continúan hoy en día, y prácticas como la antropofagia han existido hasta tiempos recientes. En cualquier caso, esta es una cuestión mucho más controvertida, y que podemos dejar abierta sin que ello altere lo que hemos visto arriba.

3 comentarios sobre “Acerca de la idea (errónea) de que los animales no humanos son especistas

  1. Interesante !
    Qué importante leer los argumentos de quien hace reflexión, estudio y análisis, sobre temas cuyas respuestas damos por hecho por un simple «yo creo». Hay que ir más allá, es insuficiente el «yo creo» . La defensa de los derechos de los animales requiere profesionalización.
    Gracias !

  2. En efecto, yo también considero que los animales no humanos no son especistas; me constaría imaginar lo contrario por todos los motivos que expones y por mi propia percepción de lo que es la vida (humana o no); pienso que incluso en un sistema gregario lo que subyace realmente es el afán de supervivencia individual. La propia civilización humana quedaría en entredicho si los mecanismos de abastecimiento establecidos desapareciesen.

    Además, aunque son casos aislados que quizá no tendrían cabida en ningún tipo de estudio, lo cierto es que hay casos de animales que «adoptan» a crías de otras especies, por lo cual difícilmente se les podría considerar como especistas.

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