Por qué la capacidad de sufrir y disfrutar es lo importante

 

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Vamos a suponer una situación como la siguiente. Imaginaos que en algún momento, debido a una enfermedad o un accidente, sufrieseis unos daños muy graves y completamente irreversibles en el cerebro. Estos serían tan importantes que implicarían lo siguiente: perderíais irreversiblemente la conciencia. Entraríais en un estado vegetativo persistente que terminaría volviéndose permanente, del que nunca os podríais ya recuperar. Jamás os despertaríais, sería imposible que volvieseis a tener ningún tipo de experiencias, ni siquiera sueños. ¿Cuál es vuestra opinión acerca del valor que tendría esa clase de vida? ¿Sería una vida cuyo valor vendría a ser más o menos el que tiene vuestra vida en la actualidad?

Muchos y muchas consideramos que no. De hecho, la mayoría entendemos que una vida así no tendría ningún valor. Más aun, parece que en un caso como este lo que continuaría estando vivo sería nuestro organismo, nuestro cuerpo, pero que nosotros o nosotras como tales habríamos desaparecido irremisiblemente.

¿Por qué pensamos esto? Porque la vida tiene valor por lo que nos pasa en ella. Una vida en la que nos pasan cosas positivas es una vida valiosa que es beneficioso para nosotros vivir. Este es el motivo por el que nos daña la muerte, porque hace que dejemos de vivir las cosas positivas que nos pueden pasar en la vida. Y puede darse también el caso contrario. Imaginemos, por ejemplo, una vida padeciendo tormentos en una cámara de tortura, sin ningún disfrute y sólo con un terrible sufrimiento. Tal vida sería horrible. Podríamos considerar que sería mejor no vivir que vivir de ese modo. Sería, por tanto, una vida con un valor negativo.

Asimismo, una vida sin ninguna clase de experiencias, una vida en un estado de total inconsciencia, como en el ejemplo que he dado arriba, es una vida que ni tiene cosas positivas ni cosas negativas para quien la viva. Ni es bueno ni es malo vivir una vida así: simplemente, no tiene ningún valor, ni positivo ni negativo. Supongamos que viviésemos toda nuestra vida bajo el efecto de un potentísimo somnífero que impidiese que nos despertásemos jamás, y que hiciese que no pudiésemos siquiera soñar. Cuando reflexionamos sobre el tema, vemos que vivir esa vida sería, realmente, como no vivir ninguna vida en absoluto.

Lo que esto nos muestra es que el mero hecho de estar vivo no es algo que tenga en sí ningún valor. Lo que tiene valor son las experiencias que tenemos, todas las cosas que nos pasan a lo largo de nuestra vida, que son las que hacen que nuestra vida como tal sea, a su vez, valiosa. Tenemos intereses y necesidades porque tenemos experiencias, no por el mero hecho de estar vivos o vidas.

Este es el motivo por el que el mero hecho de que un ser esté vivo no resulta moralmente relevante en sí: sólo lo es debido a las experiencias que podemos tener al vivir. Si nunca pudiésemos tener experiencias, si perdiésemos irreversiblemente la conciencia, como en el ejemplo dado en el primer párrafo, sería para nosotros totalmente irrelevante lo que le pasase a nuestro cuerpo. No podríamos ser dañados o beneficiados por ello. El motivo sería que nuestro organismo vendría a ser como una cáscara vacía, sin nadie viviéndola y pudiendo ser, así, beneficiado o perjudicado. Podemos, por tanto, entender que lo relevante a la hora de considerar moralmente a alguien es que posea la capacidad de tener experiencias positivas y negativas, del tipo que sean.

Esta es la razón por la que los animales con la capacidad de sufrir y disfrutar tenemos intereses y necesitamos ser respetados, mientras que los objetos o los seres que no tienen tal capacidad (como los minerales o los vegetales) no tienen ninguna necesidad de ello. Incluso aunque (como en el caso de los vegetales, los hongos o las bacterias) nos hallemos ante seres que estén vivos, nos encontramos aquí ante vidas que nadie vive, que nadie experimenta, exactamente iguales a la vida que he descrito en el primer párrafo. Vidas sin ningún tipo de experiencia. Vidas que no tienen un valor ni positivo (porque no hay nadie en ellas experimentando cosas positivas) ni negativo (porque tampoco hay nadie que experimente cosas negativas).

A quienes asumimos posiciones antiespecistas nos preguntan a menudo por qué ponemos la línea a la hora de respetar a alguien en la capacidad de sufrir y disfrutar, o por qué defendemos a los animales y no a las plantas. En muchos casos, por supuesto, esta pregunta se hace únicamente para buscar una excusa para seguir discriminando a los animales no humanos. En cualquier caso, esa respuesta debe ser respondida. Lo que he escrito en esta entrada viene a ser básicamente la respuesta que yo daría a tales objeciones.

58 comentarios sobre “Por qué la capacidad de sufrir y disfrutar es lo importante

  1. Introduje esta entrada a petición de Daniel Dorado y de Leonora Esquivel, ¡gracias por la sugerencia!

  2. Yo también soy animalista, y estoy completamente de acuerdo con esta reflexión, aunque pienso que también debemos respetar las cosas que no sienten, ya que vivimos de la Madre Naturaleza y todo lo que sea atentar contra ella es algo que va contra nosotros, pero el ser humano es así de autodestructivo e inconsecuente.
    Quería poner aquí otro ejemplo para la gente que no entiende el animalismo. Cuando se dice que las corridas de toros no tienen razón de ser, uno de los argumentos de los taurinos es que el toro de lidia se extinguiría… pensemos que somos nosotros un toro de lidia, ¿nos gustaría existir para acabar así?, si yo fuese toro preferiría no nacer, ya que el dolor que le inflingen, el destino que tiene ya antes de nacer… es demasiado cruel.
    Por desgracia yo no tengo que imaginarme una vida con experiencias negativas, por cuestión de azar tengo varias enfermedades que me provocan un dolor casi insoportable todos los días. También tengo muchas experiencias positivas al día y por eso quiero seguir viviendo y hasta me considero feliz, pero si lo pienso fríamente, preferiría no haber nacido!!! y eso pese a sentirse feliz, pero el dolor continuo quema mucho. Esto viene a que los animales de laboratorio, granjas, circos…, viven así todos los días, con ese dolor físico y mental, y sin ningún tipo de experiencia positiva. ¿No era mejor que no hubiesen nacido? ¿Si les diesen a escoger… que dirían? Yo lo tengo claro.
    Gracias Oscar por hacer pensar y por exponer de una forma tan coherente y fácil de entender un tema polémico.

    1. Solo quiero decirte que en una alimentación sana y crudivegana tienes la solución a tsu dolores. Yo los tuve. De no levantarme de la cama a hacer una vida normal. Y todavía ni he cambiado completamente la alimentación. Tengo una de esas enfermedades llamadas incurables 7 y hay días que ni recuerdo que existe. Era mi obligación decírtelo. Busca antonio ortega en el Facebook, tiene un libro de comida crudo buenísimo. y busca tb información del agua de mar para beber.a mi me ha salvado la vida, y es mi obligación por lo menos informarte que TODO se cura con una alineación buena. Suerte

  3. El autor casi empieza con la sentencia: «la vida tiene valor por lo que nos pasa en ella»; de asentir ante tal afirmación, una de las consecuencias que debemos consiguientemente aceptar es que aquello que nosotros hacemos con la vida, y que tiene una causa libre (no sujeta a causa eficiente empírica) que se halla en nosotros mismos, no tiene ningún valor: tan sólo lo tiene aquello que nos sucede -las experiencias por las que somos afectados, y que nos producen algún goce, puesto que las hay negativas que nos causan dolor. Por lo tanto, si afirmamos que es así, evidentemente lo único bueno que hay en la vida es el goce que ésta nos reporta, y nada de aquello que nosotros elegimos libemente hacer, ningún resultado de acción alguna que pueda satisfacer la máxima de algún deseo o fin libremente elegido tiene ningún papel entre lo que constituye el valor de la existencia.
    Es casi equivalente a denegar el valor que tiene la libertad por sí misma, la voluntad libre de un sujeto, negar completamente algún papel moral a la responsabilidad que asumimos en la elección de nuestros actos cuando esta es libre.

  4. Hola, Sonia.

    En primer lugar, lamento mucho que estés sufriendo enfermedades, y espero que puedas ir mejorando.

    Hay seres que no son sintientes, como las plantas, y por ello no tienen un valor intrínseco. Sin embargo, a la hora de actuar debemos tener en cuenta cómo los elementos no sintientes afectan negativa o positivamente a quienes sí son sintientes. Pero no porque los no sintientes tengan un valor intrínseco, sino por la manera en que afectan a los sintientes.

    Por poner un ejemplo, si yo estoy en un bar y estropeo con unas tijeras un jersey de alguien que se ha distraído, estoy obrando mal. Pero no porque el jersey merezca un respeto, sino porque al estropear el jersey, estoy produciendo un perjuicio a un individuo sintiente (el dueño del jersey).

    Por lo demás, estoy de acuerdo contigo en que muchos animales sufren tal sufrimiento que preferirían no haber nacido si les dieran a elegir. Aunque añadiría que eso no sólo ocurre en las granjas y laboratorios, sino que hay animales en la naturaleza que sufren un terrible sufrimiento a consecuencia de la falta de alimento, las enfermedades o los depredadores.

    Un saludo.

  5. Gracias por vuestros comentarios.

    ¡Mucho ánimo Sonia, espero que todo vaya lo mejor posible! Te mando desde aquí todo mi apoyo y espero de corazón que puedas sobreponerte, o al menos llevar de la mejor de las formas los dolores que desgraciadamente te toca padecer. ¡Ojalá los sufrimientos de algunos seres humanos, y los de los demás animales, nos lo pudiésemos repartir entre todos para que así a quienes sufren les tocase una carga menor!

    Estoy muy de acuerdo con lo que indicas cuando dices que para muchos animales habría sido mejor no nacer. Desgraciadamente, me temo que también tiene razón Daniel al indicar que esto no sólo les sucede a muchos animales criados por los seres humanos, sino también a muchos otros que viven en su medio natural.

  6. Gracias también por su intervención al único, que es Dereinzige, que plantea una crítica a lo que defiendo en este texto. Dereinzige indica que este no deja lugar para la libertad. Voy a explicar a qué se refiere, para quienes no hayan entendido muy bien en qué consiste su objeción.

    En ética existen distintas visiones acerca de lo que es bueno para los individuos. Según algunas perspectivas, todo lo que puede ser bueno o malo para alguien son las experiencias que tiene en su vida. Esto es, todo lo que experimentamos, desde el olor o el sabor de algo, a lo que se nos pasa por la cabeza cuando cerramos los ojos y pensamos en algo. Según otras teorías, lo que es realmente bueno o malo para alguien es que se satisfagan o se frustren sus deseos. Según otros puntos de vista, hay cosas que son objetivamente buenas o malas, como el conocimiento o la libertad, independientemente de que contribuyan a que nos sintamos más felices o desgraciados.

    El comentario de Dereinzige podría querer decir que no sólo son valiosas las experiencias de las que somos meros receptores y receptoras (por ejemplo, si vemos u oímos algo), sino también las experiencias que surgen de nuestra propia actividad. Si es así, no hay ninguna diferencia de pareceres aquí, no sé si las palabras elegidas en el texto lleven a pensar lo contrario, pero desde luego cuando hablo de experiencias, hablo de cualquier tipo de experiencias.

    Sin embargo, parece que lo que Dereinzige quiere decir es algo distinto. Quiere defender una teoría del tercer tipo que he señalado, indicando que actuar de modo libre es algo valioso en sí mismo. Y asume que lo que hago en esta entrada es defender la primera teoría.

    En realidad, en esta entrada no pretendía tratar estas cuestiones. Mi intención en ella era únicamente defender que la capacidad de sufrir y disfrutar es una condición suficiente y necesaria para ser respetado. Entendido en un sentido amplio, esto no excluye lo que dice Dereinzige, puesto que es imposible ser un individuo libre sin ser un individuo consciente. Su posición sería compatible con lo claro está, que para ser respetado basta con poder tener experiencias.

    En cualquier caso, puestos a hablar sobre el tema, diré que considero que, aunque esta entrada no trate de eso, sí que considero que la libertad no es algo que tenga valor por sí misma. Entiendo que la libertad es valiosa, por el contrario, sino porque su ausencia nos priva de felicidad. Más aun, de hecho, la libertad en sí no es nada para nosotros. Lo relevante para nosotros es la experiencia de la libertad. Esto es, la experiencia de tomar decisiones y vivir conforme a ellas. Supongamos que decido libremente, por ejemplo, leer un libro. Lo valioso no es mi libre decisión en sí. Lo valioso es la experiencia que he tenido al pensar qué hacer (si leer el libro o no), la experiencia de tomar finalmente la decisión de leerlo, y finalmente, la experiencia de su lectura y las que posteriormente tenga al recordar el libro. Todo esto nos muestra, en definitiva, que lo relevante es el hecho de tener experiencias, que pueden ser positivas y negativas. En otras palabras, que lo relevante es la capacidad de sufrir y disfrutar.

    Asimismo, en lo que respecta al último párrafo que escribe Dereinzige, hay que apuntar que negar que la libertad tenga valor por sí misma no quiere decir en absoluto negar que exista lo que Dereinzige llama la voluntad libre, simplemente supone decir que lo que en última instancia es valioso no es esta, sino su experiencia. El motivo es muy sencillo: negar que algo sea lo verdaderamente valioso no implica negar que exista.

    Consideremos un ejemplo. Hay mucha gente que piensa que el conocimiento es una cosa buena por sí misma. Que es bueno conocer independientemente de lo que implique conocer. Yo creo que no es así, pienso que conocer es bueno porque resulta muy satisfactorio saber cosas, porque nos es de gran utilidad en muchos aspectos, etc. Pero obviamente esto no me lleva a decir que el conocimiento no existe. Por este mismo motivo, defender que lo que importan son las experiencias no supone negar ninguna clase de papel moral a lo que Dereinzige llama la responsabilidad que tenemos cuando actuamos libremente.

    Un saludo.

  7. El gran error que ha cometido la raza humana es considerar a los demás animales como «cosas», y no como seres dotados de mente, emociones, y capacidad de sufrir, al igual que nosotros. Y otro grave error es considerar lo efímero y pasajero como lo real y el objetivo de nuestras vidas.
    Así, cometemos 2 errores graves producto de éstos:
    1) Erramos en alcanzar la felicidad, puesto que la buscamos fuera de nosotros, cuando está dentro de nosotros mismos.
    2) Impedimos que nuestros hermanos animales alcancen dicho objetivo, impidiéndoles vivir y aprender en esta vida.
    Por esa razón Jesús dijo a sus discípulos: «Deja que los muertos entierren a sus muertos». El que está verdaderamente muerto es el que está apegado a lo material, el que vive es el que está conectado con los planos espirituales. Parte de la conciencia que debemos generar en las personas carnívoras parte por hacerles ver que los animales, al igual que nosotros, estamos aquí en este mundo para aprender, y que al negarles su derecho a la vida, estamos negando su derecho a alcanzar dicha realización espiritual (obligándolos a alcanzarlo mediante el sufrimiento)

  8. Hola Pablo:

    En mi opinión, las afirmaciones que haces pueden ser válidas si adoptamos los preceptos de una determinada teología trascendental, pero la ética debe ser entendida autónomamente. En un «libro sagrado» pueden prohibirte, por ejemplo, matar a alguien. Y tú puedes convencerte de que no es positivo matar a alguien porque así lo estipula ese libro. Pero, si en ese libro no existiera esa prohibición: ¿Estaría justificado hacerlo?. Con esto quiero llegar a la conclusión de que la ética no debe ser entendida en relación a agentes externos o heterónomos. En mi opinión, los animales, en tanto que tienen intereses propios, deben ser respetados por sí mismos y con total independencia de lo que las diferentes religiones digan al respecto. Un saludo

    1. Sí, claro, te encuentro la razón, pero… podría haber citado a Platón, a Sócrates, etc., y probablemente no me habrías hecho ese comentario, pero si cito a Jesús, entonces automáticamente soy «religioso», no?
      Nunca me referí a verdades «absolutas». Cuidado con eso.

  9. Hola otra vez Pablo, espero que no te hayas sentido ofendido en ningún momento, eso es lo último que quiero. Solo pretendía resaltar que la ética debe ser una disciplina autónoma. En ningún momento he afirmado que te estuvieras refiriendo a verdades absolutas.
    Si no te he entendido mal, tu argumento parte de la siguiente premisa:»[un] grave error es considerar lo efímero y pasajero como lo real y el objetivo de nuestras vidas.Así, cometemos 2 errores graves producto de éstos» bien, pues lo que decía es que independientemente de que una persona acepte o no esta ontología, los animales deben seguir siendo considerados moralmente. Un saludo

    1. No te preocupes, no me sentí ofendido para nada. Sólo quería hacerte una crítica constructiva al respecto, mucha gente cae en el prejuicio de que si alguien cita a Jesús entonces es religioso y cree en verdades absolutas. Por otra parte, quería darle un enfoque más espiritual al tema del respeto a los animales, en el sentido de que al matarlos, además de causarles sufrimiento, impedimos su realización espiritual en el mundo.
      Sin embargo y sin duda alguna, te encuentro toda la razón en que, independiente de la religión o creencias personales de cada quien, la ética es la ética, y adhiero a lo que plantea la bioética principalista, en el sentido de que lo ético es lo que cumple con ciertos principios: justicia, beneficencia, no maleficencia y autonomía, de los cuales a los animales se les respeta prácticamente ninguno.

  10. oscar, tal vez esté interpretándolo mal, pero de lo que dices sobre la libertad, no se podría desprender que si algo NO nos importa, entonces no habría problema si no tenemos la libertad para hacer eso?? Por ejemplo, si soy de un país del tercer mundo en el que debo pedir visa para ir a cualquier lado, pero aun cuando la tuviera no saldría del país (ya sea porque no me interesa, o porque ni siquiera entra en mi espectro de planes, por motivos económicos), aquella restricción no sería inmoral, entonces? Radicalizando el ejemplo, pongamos que todos los habitantes de ese país están en esa situación. Igual no sería injusto que existan barreras migratorias??

    sorry por salirme del tema, pero me pareció interesante lo que comentaron dereinzige y tú.

    1. Creo que a lo que apunta Oscar es a que no tiene sentido una vida en estado vegetal, o en condiciones como en las cuales viven los animales en los mataderos: en sufrimiento constante. Yo no comparto lo que dice Oscar en el sentido de que creo que esa vida sí tiene sentido, porque el sufrimiento es transformador, es una de las vías hacia la realización espiritual. El problema es cuando obligamos a un ser a permanecer en ese estado de sufrimiento constante, impidiéndole aprender y realizarse en el mundo por otras vías.
      Privar a un cerdo de correr, alimentarse y vivir en libertad, privar a un águila de surcar los cielos, privar a una vaca de su libertad, obligándola a una vida de sufrimiento en un matadero, ¿qué puede haber en esos actos de franca maldad que no sea comparable a la esclavitud, matanza y tortura hacia nosotros mismos, los humanos?; los animales, libres, se comen unos a otros, sufren, existe una «ley de la selva», pero nosotros mismos también vivimos una vida llena de sufrimientos, al igual que ellos. Distinto a eso es la vida en encierro, privada de libertad, y en sufrimiento constante, que Oscar compara con la de un ser humano en estado vegetal. Creo que no hay que confundir: una vida «sin sentido», con una vida que tiene sentido, pero que podría ser mejor. La vida, como un valor por sí misma, tiene sentido, en cuanto que es. Creo que es importante hacer esa diferencia.
      El ser humano en estado vegetal está también sufriendo y aprendiendo, pero creo que seguir prolongando una vida en esas condiciones es similar a mantener animales en mataderos, no igual, pero similar en el sentido de que los privamos de hacer lo que vinieron a hacer en este mundo, y los obligamos a aprender de un modo que nosotros elegimos para ellos: el sufrimiento. No crean que caigo en una contradicción al decir que la vida tiene sentido por sí misma y a la vez que es preferible la eutanasia en casos de estado vegetal o muerte cerebral, que son irreversibles. Y no hay contradicción porque creo firmemente que la vida sigue después de la muerte, es más, los que consideramos muertos en realidad están vivos, y probablemente los verdaderos muertos sean los vivos (a eso iba con lo de Jesús). Creo que después de esta vida nacemos de nuevo en este mundo, hasta que aprendamos todo lo que vinimos a aprender (reencarnación). El gran desconcierto frente al tema de la eutanasia parte por el miedo que existe en nuestra sociedad hacia la muerte, miedo que es infundado pues la muerte no es más que un cambio. «Nada se crea ni se destruye, todo se transforma» dijo Lavoisier, y cada día creo más que, quizás sin darse cuenta, la frase de Lavoisier se aplica a todo lo que es. ¿Confundidos? Creo que una vida en estado vegetal sí tiene sentido, pero somos nosotros los que estamos prolongando el sufrimiento de la persona al mantenerlo conectado a un ventilador mecánico, monitoreado, etc etc, cuando la persona que cayó en ese estado habría muerto de no habérsele conectado en primera instancia. Si lo desconectamos, esa persona no morirá verdaderamente, sólo irá a un estado «intermedio» y luego volverá a nacer, hasta que supere el ciclo de encarnaciones (dharma).
      Ahora, lo que tú planteas es distinto, porque un ciudadano de ese país del tercer mundo puede que en un futuro se haga millonario y desee viajar al extranjero y no pueda porque hay un bloqueo, que es similar al águila lesionada que después de curada sigue encerrada en una jaula. El hombre «muerto en vida» cuya vida de sufrimiento se prolonga por otros hombres, es como el águila, encerrado en su cuerpo y sin poder pasar a la siguiente etapa.

  11. Desde luego, es evidente que partes de una postura ética que deposita la felicidad experimentada como último fundamento, y que en esta felicidad pones la piedra de toque para valorar cualquier acción. Y vas incluso más allá, afirmando que es una condición necesaria y suficiente para ser respetado la capacidad de sufrir. De todos modos, a lo que yo hice mención es al hecho de que el tipo de experiencias que valoravas como suficientes y necesarias -almenos así entendí tal afirmación- para dar valor a la vida, son aquellas que recibimos o dicho de otro modo, que nos son dadas por factores ajenos a nuestra voluntad -dejando fuera, por tanto, aquellas que son producto de la satisfacción de algún fin libremente elegido. Si «lo que nos sucede en ella» debe entenderse en un sentido más amplio, que abarque también las últimas, entonces no tengo nada que objetar en este respecto, y tan sólo fue un malentendido.
    Por otra parte, sí que debo objetar sobre esta ética en que te basas, que deja de lado todo fundamento del valor de una acción que pueda ser buena si en el caso de que se la realizara no fuera acompañada de algún goce, puesto que según tus afirmaciones, el goce es suficiente y necesario -lo único que tiene valor, no es la naturaleza del acto en toda su naturaleza, sino el goce de experimentarlo. Así, queda como secundario a las consideraciones del respeto hacia otro, su capacidad de legislar sobre el curso de su existencia y no entorpecer en el de los demás -pudiendo ser universal así la máxima de su acción, y propia de una conducta que permite a todo ser satisfacerse del mismo modo.
    También una acción buena por poder llevarnos a alcanzar un cierto propósito noble, puede reportarnos un sufrimiento, con lo cual parecería digna de ser rechazada de plano por estar en disonancia con la primera y suficiente condición de ésta ética. Y bueno, imagino que podrás tu mismo ver todas las objecciones que se desprenden de esto.

  12. Gracias de nuevo por los comentarios, y disculpad que no haya podido responder antes, llevo unos días con bastante trabajo. Contestaré intentando no enrollarme mucho a las distintas cuestiones que planteais. Con respecto a lo que indica t, sí, desde luego creo que si hacer algo no nos importa en absoluto, no hay problema si no tenemos la libertad para hacerlo. Esto parece evidente. Por ejemplo, a mí no me causa ningún perjuicio no tener la libertad de comer bolsas de plástico, de modo que si una ley prohibiese esa práctica no me ocasionaría el menor daño. Como parece que nadie tiene tampoco un interés en comer bolsas de plástico, parece que tal ley no dañaría a nadie (aunque sería una ley absurda). La cosa cambiaría si hubiese alguien que sí tuviese tal interés. El ejemplo que planteas es diferente, porque tiene mucho sentido que haya quien tenga un interés en salir de su país. Una ley así sí tendría el potencial de dañar, por ello, a mucha gente, incluso aunque quizás en un momento concreto no dañe a nadie (si se da la extraordinaria circunstancia de que en ese momento nadie quiere salir del país).
    En cuanto a los comentarios de Pablo, pienso que es claro nuestro desacuerdo a la luz de lo que dice la entrada. He dado argumentos en el texto para entender que el mero hecho de estar vivo no significa nada si no se tienen experiencias. Si no hay nadie que esté vivo, el que haya un organismo vivo no tiene mayor relevancia. Alguien en estado vegetativo irreversible no sufre por una sencilla razón: porque no existe. Si pierdes irreversiblemente la consciencia tú, como tal, ya no existes. Lo único que continúa existiendo es tu cuerpo, tú ya has desaparecido para siempre. Por lo demás, como no creo tampoco que se pueda continuar existiendo tras la muerte en ninguna forma, no puedo aceptar que pueda ser bueno para nosotros una existencia que no es positiva. Por ello, la diferencia moralmente relevante no está entre estar vivo o viva y o no estarlo, sino entre tener la capacidad de sufrir y disfrutar y no tenerla.
    Paso ahora a lo que plantea Dereinzige. En este texto afirmo que la capacidad de tener experiencias que pueden ser positivas o negativas es lo relevante para ser dañado o beneficiado. Por este motivo, sostengo que, a la hora de considerar cómo hemos de actuar, a quienes hemos de tener en cuenta es a quienes pueden tener experiencias positivas o negativas. Esto no quiere decir de modo alguno que sólo hemos de actuar en función del disfrute o sufrimiento que vayamos a tener nosotros al hacerlo. Lo que quiere decir es que hemos de actuar en función del disfrute o sufrimiento que vayan a experimentar todos aquellos y aquellas que se verán afectados por nuestras acciones. En base a esto, en muchos casos el modo en el que hemos de actuar puede ser uno que nos cause sufrimiento y nos evite disfrute. El motivo de esto es que con modos de actuación como estos evitamos ocasionar daños a otros. No sólo contamos nosotros y nosotras en nuestras decisiones, sino que cuentan todos aquellos y aquellas que tienen la posibilidad de sufrir y disfrutar y pueden ser afectados o afectadas por ellas.
    Saludos.

  13. Lo que ya dije anteriormente, se confirma en tus recientes palabras: tienes una marcada postura utilitarista que conforma el marco de tus reflexiones. Cuya premisa fundamental es el máximo bienestar del mayor número de individuos o comunidad, en que el bienestar está muy determinado por el goce y el sufrimiento. Sin embargo, por extender tu postura del bienestar así entendido, a los demás seres, no deja de ser una teoría más bien poco sólida para dar respuesta a las cuestiones que ya se te ha planteado. Entre ellas, la que concierne a acciones que sean nobles, pero que no sean planteadas con el objeto de maximizar el placer general del conjunto; uno puede desear realizar una acción, y para justificarla, debe tratar de fundamentarla en algo que sea válido universalmente -no sólo con un interés privado-, y para ello no le sirve el bienestar privado de ciertos seres, sino la racionalidad de los fines y los medios.

  14. El último comentario es bastante extraño, pues en esta entrada no hay posición utilitarista alguna, por ninguna parte. Personalmente, yo no soy utilitarista, sino igualitarista, en cualquier caso en esta entrada no se habla de ninguna de estas cuestiones. Vamos a ver, hagamos algunas aclaraciones, que aunque sean algo técnicas pueden ser útiles para quienes no tengan una familiaridad con estas cuestiones (intentaré presentarlas del modo más coloquial posible).
    Las teorías éticas consta de tres partes:
    (1) Una posición acerca de qué es bueno o malo para cada uno de nosotros o nosotras. Por ejemplo, hay quienes, como yo, defienden que lo bueno es tener experiencias positivas y lo malo tenerlas negativas, mientras que hay quien cree que lo bueno es algo distinto, como por ejemplo estar vivo o saludable, independientemente de las experiencias que esto nos proporcione.
    (2) Una posición respecto de cuál es el mejor modo en el que aquello que es de bueno debe ser distribuido. Por ejemplo, el utilitarismo dice que lo mejor es que la suma total de las cosas buenas sea lo más grande posible. En cambio, otras teorías, como el igualitarismo, dicen que debe ser lo mayor posible pero siempre y cuando se respete un reparto igualitario (de forma que es mejor que que dos individuos estén más o menos normal, que que uno este algo mal y el otro muy bien, aunque con esto último la suma total de bienestar sea mayora).
    (3) Una posición acerca de cómo hemos de actuar. Algunas teorías sostienen que hemos de hacer todo lo posible para que se dé la mejor distribución posible de aquello que es bueno. Otras, que se llaman suficientistas, sostienen que simplemente tenemos que hacer algo para que esto sea así, aunque no sea todo lo que podamos hacer. Y otras indican que hay cosas que tenemos que hacer independientemente de que sus efectos produzcan una distribución buena o mala de lo que es bueno para los distintos individuos.
    A lo que Dereinzige hace alusión en esta última entrada es a cuestiones que tienen que ver con la tercera cuestión componente de las teorías éticas, sus posiciones respecto a cómo hemos de actuar, que es lo mismo que decir al carácter de las acciones. Defiende una posición según la cual hay cosas que hemos de hacer por sí mismas al margen de sus efectos.
    Sobre esto diré que asumir tal posición no implica negar nada de lo dicho aquí, pues lo único que he defendido en esta entrada es una posición con respecto a la primera cuestión, esto es, acerca de qué cosas son buenas o malas para nosotros y nosotras y, en consecuencia, a qué clase de seres pueden ser susceptibles de vivir cosas buenas o malas. Este punto de vista es compatible con teorías éticas de lo más variado: kantismo (como han mostrado autores como Korsgaard o Franklin), contractualismo (como apunta Rowlands), deontologismo gewirthiano (como sostiene Pluhar), utilitarismo (como han defendido Singer o Matheny), igualitarismo y prioritarismo (como han defendido Gompertz, Persson o Holtug), ética del cuidado (como apuntan Adams y Donovan), etc. Todo esto se muestra y aclara en el artículo referido en esta otra entrada de este mismo blog: https://masalladelaespecie.wordpress.com/2009/07/02/el-cuestionamiento-del-antropocentrismo/.

  15. Hola Oscar:

    Siguiendo el texto inicial, propongo el siguiente ejemplo:

    Imaginemos un árbol en lo alto de una montaña. Está tan alto que ningún animal sintiente podrá vivir allí, de modo que talándolo no perjudicamos a ningún animal… ¿sería indiferente cortarlo que no cortarlo?

    Entiendo que el ejemplo que propones tiene un defecto y es que (según mi opinión antes de juzgar el valor de una vida se nos antepone la calificación de esa vida. En este caso es una vida incompleta (así la percibimos) y siendo que pierde parte de lo que «como animal» le da sentido.

    Seguramente nadie responderá que es lo mismo talarlo que no. Quizás luego al razonarlo lo haga, pero seguramente no será la primera apreciación.
    Y eso es muy relevante.

    La pregunta de las plantas creo que tiene una mejor respuesta desde la posición de que las plantas mueren igualmente, ya que si te las comes, comes una cabtidad, pero para comer esa misma cantidad en alimento animal necesitas que ese animal en cuestión haya ingerido más de 8 veces la cantidad que tú deberías haber ingerido.

    La cuestión de que se valore el sentir creo que se debe más a que la interacción no instintiva entre animales racionales se rige bajo la ética y la ética se basa necesariamente en los intereses porque, entre otras cosas, requiere que haya empatía.

    Pero igualmente se filtran continuamente situaciones donde se viola la libertad y no el sentir y aún así lo consideramos injusto.
    Por ejemplo, much@s te dirían que prefieren ser menos felices pero vivir libres que vivir conectado a una máquina que te absorbe la energía (como en matrix) y a cambio te genera una realidad mental en la que eres plenamente feliz.

    En resumen, que creo que el sentir es lo más relevante, pero más debido a las cuestiones de como funciona nuestra mente que por el valor intrínseco de la vida (tema que, por experiencia, aseguro que tiene miga)

    Un saludo

  16. Hola,

    Fuerza Vegana dijo: «Imaginemos un árbol en lo alto de una montaña. Está tan alto que ningún animal sintiente podrá vivir allí, de modo que talándolo no perjudicamos a ningún animal… ¿sería indiferente cortarlo que no cortarlo?»

    Si es un árbol posee un gran valor ecológico o posee una gran belleza no es indiferente cortarlo. Un árbol que carezca de dichas cualidades puede ser usado como materia prima, como puede serlo también una escultura irrelevante.

    Las cosas sin cerebro están en una categoría moral distinta que las cosas que sí que lo tenemos.

    Saludos,
    David.

    Saludos,
    David.

  17. David!! ese es tu punto de vista, no el del árbol.
    Para el árbol, al igual que para ti, su vida es su máximo valor.
    Solo una vida en paz y armonía con otras vidas, puede aspirar a ser eterna.

  18. Lo que sucede es que el árbol no tiene punto de vista. Tener un punto de vista supone ser un sujeto, alquien que tenga experiencias. Para tener experiencias es necesario tener un sistema nervioso central, del que carecen las plantas. Un coche, una mesa, una roca, un árbol… no tienen experiencias, y por ello no hay nadie dentro de los compuestos materiales que los componen. Quien quiera saber más sobre esto puede estudiar la bibliografía científica y filosófica existente sobre esto. La compilación más completa de esta se encuentra aquí: http://consc.net/online/
    Saludos!

  19. Desde mi punto de vista. Tras mucho reflexionar, coincido plenamente con Oscar a este respecto. Las plantas no son alguien, la ética no es aplicable a un contexto donde no hay intereses que respetar porque la ética se basa en respetar los intereses.

    Me resulta especialmente relevante que para demostrar que las plantas sienten, se plantea una situación donde se expone a la planta a un estímulo puramente humano, como la música.
    Y luego, en base a una sutil [y supuesta] reacción, se asume que siente.
    Lo extraño es que se tenga que recurrir a estímulos tan humanos para demostrar que una planta siente. Esto nos puede llevar a pensar que solo bajo interpretación humana podemos dotarla de sintiencia.

    Por otro lado, hay otros estudios que hablan de las reacciones ante agentes externos. Pueden extirparnos un órgano, por ejemplo, y este podría funcionar. Al introducir comida en un estómago extirpado (y correctamente estabilizado) este se pondría a reaccionar, etc.. y nadie diría que siente.
    Es la diferencia entre estar vivo y sentir, reaccionar y sentir.

    El sentir no es lo que nosotros sentimos al ver la reacción del otro, si no lo que ese otro siente.

    No sé si he podido aportar algo interesante, pero es un tema que se complica por lo abstracto del sentir y la emergencia, solo eso.

  20. Saludos Oscar, y demás tertualianxs y enhorabuena por el blog!!
    Me interesa mucho este debate, pues es, entre otros muchos puntos, uno de los más atacados por parte del sector especista de cara a quienes defendemos el veganismo como filosofía de vida.
    Hace poco hemos tenido un pequeño debate (entre conocidos) con gente de diferentes posturas, y me han llegado a afirmar que las plantas al margen de tener sistema nervioso, si que son seres sintientes. Es la primera vez que oigo una afirmación de tal índole… me quedo un poco parado la verdad, intento estar al día, ya que considero que esto es un aprendizaje constante, pero sentencias así me sorprenden. Sigo que pensando que no, que es comparable un árbol a un animal. Y dentro de esta charla que tuvimos se aferraban a esto…. http://www.rtve.es/television/20101227/redes-raices-inteligencia-plantas/390278.shtml … el mismo botánico es el que habla de inteligencia de las plantas, que no la cuestiono, ya que ellas mismas van evolucionando en base a sus necesidades, y desarrollan sus mecanismos de defensa para sobrevivir. Pero en ningún momento habla de la capacidad de sentir de una planta. Sigo pensando que a día a de hoy no hay ningún posicionamiento científico que haya demostrado que una planta siente. Y creo que muchas veces, se confunden términos cuando hablamos de seres vivos. Poco más, os lo dejaba a modo de aportación y si le echabais un vistazo a la entrevista a ver cual era vuestra opinión en general.
    Saludos!!!
    Miguel Ángel

  21. Hola, y gracias por vuestros comentarios!

    Te agradezco tu aportación, Fuerza Vegana, como supondrás, me parece muy acertado lo que planteas.

    Gracias también a ti, Miguel Ángel. En el texto que enlazas, he visto que se llama inteligencia a la capacidad de procesar información. Este uso de la terminología es confuso, pues identificamos inteligencia con pensamientos, no con procesar información. Las plantas, ciertamente, pueden hacer esto último, al igual que, por ejemplo, las calculadoras o los termostatos. Pero lo relevante no es eso, sino la capacidad de tener experiencias, esto es, estados conscientes, estados mentales. El sufrimiento y el disfrute son experiencias, para tener experiencias hay que poder tener estados mentales. Tal capacidad la tienen los seres dotados de un sistema nervioso centralizado, del que las plantas carecen. Por eso las plantas (al igual que los termostatos), no pueden sufrir y disfrutar

    Saludos!

  22. Saludos y gracias por tú respuesta Oscar. Primero y como bien haces alusión, lo confuso del término a la hora de que lo lea la gente y las interpretaciones que le pueda dar. Y lo segundo, es que, al final, para esta gente con la que estuve hablando,la cuestión es que partimos de posturas muy distantes, ya que para ellos, el que un vegetal carezca de sistema nervioso, no quiere decir que no sufra, y que estas plantas son igualmente respetables por ser hijas de la naturaleza. Con ese punto de vista, está claro que no íbamos a llegar a ningún punto común, por lo tanto, lo dejamos.
    Mi opinión personal, sigue igual, no es comparable, pues las plantas carecen de esa capacidad, eso si, con el máximo respeto siempre hacia estas.
    Gracias por vuestras opiniones.

  23. Saludos de nuevo, Miguel Ángel.

    Acerca de las personas que discutieron contigo, es increíble el modo en el que la gente está dispuesta a discutir defendiendo posturas sin tener conocimientos sobre ella. Hay cuestiones sobre las cuales está abierto a debate que podamos tener desacuerdos. Por ejemplo,en muchas entradas de este blog que hablan de cuál es la mejor estrategia para difundir el antiespecismo eso es lo que sucede. Pero hay otras que hablan sobre hechos acerca de los cuales existe una certeza, empíricamente comprobada.

    Para poder sufrir y disfrutar es necesario un sistema nervioso, porque la posesión de experiencias no se obtiene por motivos espirituales, sino por tener una estructura física que la posibilite. Las plantas no tienen tal estructura. Por ello es un hecho que no sufren.

    En cualquier caso, también es un hecho la historia evolutiva y hay quien defiende otras ideas, así que esto no es tan sorprendente.

    Gracias otra vez.

  24. Pues si. Se basan en posturas totalmente desargumentadas. Claro, si me pongo en un plano espiritual para explicar algo, obviamente, cualquier movimiento, teoría… quedará por el suelo, todas las pruebas que demuestran algo, no valdrán para nada. Pero ese enfoque, es tan poco tangible, que cae por su propio peso.
    Coincido, eso si, en las diferentes interpretaciones del antiespecismo, al igual que el veganismo también encuentra posturas diferentes según la persona que lo lleve a cabo. Y muchas veces hemos hablado esto entre activistas, pero al menos esto es debatible, como bien dices.
    Gracias por seguir este hilo que ya hacía tiempo estaba parado y sinceramente me interesaba bastante! Seguiré leyendo tus artículos y cuando surja, enviando preguntas o la forma en personalmente los interprete!
    Abrazos y Respeto!

  25. Después de volver a este blog después de un par de años y leer mis antiguos comentarios, me doy cuenta de que he aprendido bastante. Tras un par de años de activismo, lectura de este tipo de artículos y conversaciones con otros activistas, ahora comprendo lo necesario que es dejar de lado las creencias religiosas en la argumentación a favor de la abolición de la esclavitud animal. Creo que para los ateos resulta más fácil, dado que no tienen creencias religiosas que se interpongan en una argumentación clara y objetiva. Al fin y al cabo, son vidas sintientes las que están en juego. Así que doy muchas gracias a todos por esto.
    Sin embargo, aún tengo la duda sobre la efectividad de apelar, por ejemplo, a pasajes bíblicos cuando una persona llega a discutir y no razona fuera de sus creencias religiosas. En Chile prácticamente el 100% de las veces que hacemos jornadas informativas llega gente de este tipo, y he visto que, cuando les digo que soy cristiano y que interpreto la Biblia de una forma distinta, cambia su expresión y pasan del absoluto rechazo a una actitud reflexiva. Aunque hay otros que no salen de su actitud de rechazo, pues siguen considerando que su postura es la correcta y la mía no, eludiendo las preguntas sobre el fundamento de esa creencia de forma sistemática.
    Saludos!

  26. Hola a todas y a todos.
    No solo es estimulante la lectura de estos debates. Es necesaria.
    Me gustaría decir dos cosas.
    Primero. He creído entender que las ideas en las que se basa Óscar Horta contienen lo defendido por Dereinzige. Es decir, en el momento en el que para un individuo su libertad haya alcanzado un valor relativo superior al de las consecuencias de ponerla en práctica, será entonces un valor en sí mismo que entraría en la suficiencia defendida por Óscar (y que comparto). Por lo tanto, no encuentro la incompatibilidad entre las dos posturas.
    Segundo. Leyendo «sobre la voluntad en la naturaleza» (A. Schopenhauer), no solo encuentro cierta intuición en la demostración de una posibilidad futura para el reconocimiento de intereses propios a todo ser vivo. Está claro que es solo una interpretación parcial del libro, pero, si el metabolismo y la reproducción son un fin en sí mismos, carentes de consciencia desde un punto de vista antropocéntrico, ¿no podemos pensar, aunque sea sin resolver, qué concepto de interés manejamos?
    En realidad, lo que me interesa es la opinión de alguna de vosotras sobre la filosofía de este libro, intentando cuestionar mi sensocentrismo, más allá de los argumentos que desde este se le hacen al biocentrismo, y que comparto.

  27. Quisiese aportar que el error principal en cuanto a la discriminación en contra de los seres sintientes no humanos con capacidad semejante a la nuestra de sufrir y disfrutar, radica en el hecho de asumir que podemos decidir, por razones personales injustificadas, que tenemos el «derecho» o la «libertad» sobre los intereses de ellos. «cuando dudes que un acto constituye una injusticia y/o irrespeto, ponte en el lugar del presuntamente perjudicado»

  28. ¡Hola! Os lanzaba una consulta por Facebook pero me gustaría también lanzarla aquí, por si acaso no leéis los comentarios de la red social.

    Muchas gracias de antemano. 🙂

    Decís que «Las plantas carecen de sistema nervioso o cualquier otro aparato equivalente que les permita tener sensaciones. Al no tener sensaciones de ningún tipo tampoco tienen intereses y, por consiguiente, no se les pueden reconocer derechos.». Los insectos y en general muchos animales invertebrados sí sienten, pero su sistema nervioso es muy pobre y carecen de percepción de dolor (nocicepción), o de capacidad de acumular experiencias o recuerdos.

    Me remito al siguiente artículo para más información: http://www.revistaesnob.com/2013/02/insectos/

    Teniendo esto en cuenta, ¿en qué medida se les puede reconocer derechos a estos animales, desde un punto de vista antiespecista y/o vegano? Mi novia opina que el mero hecho de que reaccionen instintivamente por su propia supervivencia ya debería ser motivo suficiente como para reconocerles el derecho a la vida. ¿Vosotros que opináis?

  29. Hola y ¡gracias por los comentarios!

    Os respondo a algunas cosas que comentáis. A algunas cuestiones no he respondido hasta ahora porque realmente lo que podría añadir no es mucho, pero dado que ahora ha surgido una cuestión para la que hay que dar una respuesta algo extensa voy a aprovechar y comentar los demás puntos también.

    Iré en orden inverso, respondo primero a Raúl, acerca de esto: «Los insectos y en general muchos animales invertebrados sí sienten, pero su sistema nervioso es muy pobre y carecen de percepción de dolor (nocicepción), o de capacidad de acumular experiencias o recuerdos… ¿en qué medida se les puede reconocer derechos a estos animales, desde un punto de vista antiespecista y/o vegano? Mi novia opina que el mero hecho de que reaccionen instintivamente por su propia supervivencia ya debería ser motivo suficiente como para reconocerles el derecho a la vida.”

    En mi opinión esta es una cuestión muy interesante e importante, vamos por partes.

    Sentir es tener experiencias sobre lo que nos ocurre. Esas experiencias pueden positivas (por ejemplo, un sabor agradable), negativas (por ejemplo, un dolor), y en algunos casos neutrales (por ejemplo, ver algo de color amarillo o azul). La razón por la que somos sintientes es que ello nos permite reaccionar con conductas que nos son más favorables para evitar daños. Para que ello funcione así, las experiencias han de motivar a actuar, por ello son negativas o positivas.

    Para tener experiencias es necesario tener un sistema nervioso con una centralización suficiente para procesar la información recibida por nuestros sensores nerviosos. Lo que pasa es que no sabemos cómo de complejo tiene que ser ese centro nervioso procesador para que surja la consciencia.

    Los insectos tienen un sistema nervioso con centralización. No podemos asegurar con toda certeza que sea un sistema con la complejidad suficiente para que sean sintientes, si bien hay fuertes razones para considerar que sí. Ahora bien, si es así, debido a lo dicho arriba, ello quiere decir que tienen experiencias positivas y negativas. “Sufrimiento” es sinónimo de experiencia negativa. Si los insectos sienten, parece implausible que no sufran. De ser así, ello querría decir que solo tendrían experiencias neutras (o positivas). Dado que la sintiencia sirve para motivar, esto parece, si no imposible, improbable en grado extremo.

    Por otra parte, el hecho de que actúen por su propia supervivencia yo creo que en sí no es el motivo por el que se debe respetar a alguien, debido a las razones expuestas arriba creo que el motivo para respetar a alguien es que sufra y/o que disfrute. Si alguien puede sufrir pero no actuar por su supervivencia debe ser respetado o respetada igualmente. Y, por otra parte, lo que sucede es que para que alguien actúe por su supervivencia debe tener una motivación para ello. Y la motivación nos la proporciona la posesión de experiencias positivas y negativas.

    (Por cierto, Raúl, un último comentario, seguramente viste esto por el enlace de alguna organización a esta entrada en alguna red social, lo digo porque si te quieres dirigir a esa organización quizás tendrías que escribirles a ellos o ellas, yo en realidad no sé qué enlace te trajo a este blog 🙂 ).

    Enrique, sobre lo que planteas tú, yo manejaría un concepto de interés amplio, que sirva para cualquier concepción, según el cual un interés es simplemente una posición en la que un individuo se encuentra frente a una situación posible, de tal forma que si esa situación posible finalmente ocurre ese individuo es beneficiado. Así, si tengo un interés en que no me echen del trabajo, eso quiere decir que me beneficia que no me echen. ¿Qué es lo que hacer que algo me pueda beneficiar o perjudicar? Pues la capacidad de sufrir y disfrutar.

    Por último, Pablo Andrés, lo que planteas acerca de la religión puede ser así. No es que ello tenga necesariamente una relación con la cuestión tratada en este post, pero mi opinión es que es interesante que se defienda un punto antiespecista en todos los ámbitos, y sí que es cierto que la gente se muestra más receptiva cuando les hablas compartiendo algunos de sus puntos de vista. En general creo que es interesante mostrar que asumir una posición antiespecista es compatible con múltiples posturas ideológicas y con múltiples creencias, siempre que no sean intrínsecamente especistas

    ¡Un saludo!

  30. A Oscar y a todos los que han escrito…gracias por sus opiniones,me he leído todo de una sola vez …quedé atrapada en sus palabras…Gracias,de corazón!

  31. Me identifico con Dereinzigue e Ivo. Por otro lado creo que decir que la vida tiene valor por lo que nos pasa en ella, es demencial. para que se lucha entonces por el aborto si un recién nacido aun no ha experimentado nada? otros dicen que la vida vegetal no tiene sentido, y que pasa cuando alguien que ha estado clinicamente muerto ha vuelto a la vida? De e veras estan en la misma categoría una planta que una mesa o una roca? Necesito la opinión de un buen botánico! Al final, todo queda igual,porque las diferencias siempre estarán al existir diferentes personalidades ,de modo que tener respeto por todos y todos creo que es el único camino para poder existir. Todo en la superficie de la tierra tiene un porque!

  32. Hola Dori, existen razones muy claras para concluir que en realidad lo que lo que nos importa en la vida es lo que nos pasa en ella. Supongamos dos vidas posibles. En una tengo un accidente mañana y muero. En otra, sucede que en ese accidente quedo inconsciente, no me entero de nada, y nunca recobro la consciencia. Pero los médicos mantienen mi cuerpo con vida tres meses más. Y muero pasados esos tres meses. Ambas vidas son equivalentes, no tiene ningún valor que se mantenga vivo mi organismo. Es equivalente para mí permanecer vivo de forma totalmente inconsciente, sin enterarme de nada, que morir.

    Otra cosa es que se declare a alguien muerto por error y que luego «vuelva a la vida», en realidad lo que sucede no es que vuelva a la vida, sino que no había muerto realmente.

    Para poder sufrir y disfrutar es necesario tener una estructura física que procese la información que da lugar a nuestras experiencias. Los sistemas nerviosos centralizados con la suficiente complejidad pueden llevar eso a cabo. Los organismos vivos que no tienen esas estructuras (como los animales sin sistemas nerviosos centralizados, las plantas, las protistas, las bacterias y las arqueas) no tienen ninguna posibilidad de realizar las funciones necesarias para ser conscientes, por lo tanto, no es posible que sean conscientes. Sucede lo mismo que en el caso de otras entidades que no están vivas, porque una cosa es estar vivo y otra ser consciente (como muestra el ejemplo dado arriba de alguien cuyo organismo está vivo y que permanezca inconsciente).

    Un saludo.

  33. El articulo desvaloriza la vida vegetal. No toma en cuenta que esa vida, aunque sea inerte, inconsciente, insensible, es vida que nos da vida. A de ser preservada con amor y consumida con medida, pues sin ella la vida animal seria imposible.

  34. El artículo considera cuáles son las distintas razones para aceptar un criterio u otro a la hora de que seamos dañados o beneficiados, Y lo que vemos cuando examinamos esos criterios es que lo que hace que podamos ser dañados o beneficiados es que los motivos por los que esto puede suceder dependen por completo de que podamos sufrir o disfrutar. Si no podemos tener experiencias no hay nada que nos pueda suceder (como en el ejemplo de alguien que ha perdido irreversiblemente la consciencia y que tiene un cuerpo que continúa vivo pero que jamás tendrá ninguna nueva experiencia). Solo los seres con sistemas nerviosos centralizados tienen esta capacidad, no las plantas, hongos, bacterias u otros organismos. Que al comer plantas podamos vivir no tiene que ver con esto, esa es otra cuestión. Pero lo que sí que tiene que ver con esto, y mucho, es que podemos alimentarnos de seres que sufren (por ejemplo, si comemos animales) o de seres que no sufren (si comemos plantas u hongos). Si queremos evitar dañar a los demás, es esto último lo que deberíamos hacer.
    Un saludo.

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